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martes, 1 de diciembre de 2009

Su Servil Majestad.



Reyezuelo venerado por incompetentes aduladores
y a la vez vasallo,
inclinado ante aristocráticos señores.
Permanente admirador del poderoso,
para quien siempre tiene más valor,
el apellido de cuna y el rimbombante nombre
que el valor verdadero del hombre.

Arrodillado inamovible ante el influyente,
bajo el peso patente,
de la inferioridad manifiesta,
como complejo pegado,
igual que el “desfase a la fiesta”.

Tirano controlador.
Castrador de imaginaciones.
Inquisidor homicida,
de creatividad e ilusiones.

Igual que el “Papa” en dogmas de fe,
no te equivocas nunca.
Ves siempre la “paja en ojo ajeno”.
¡Soy infalible! (a ti mismo te dices).
¡Y vas y te lo crees, pobre imbécil!
Sin embargo, no ves la enorme “viga”
y la tienes delante de las narices.

Emperador de la permisividad.
Apóstol del “no esfuerzo”.
Consentidor “perdonavidas”.
¡Qué pena de tío!

Te arrastras por el suelo,
cuando no necesitas hacerlo,
eres serio y con conocimiento,
pero haces lo que sea por ser “Reyezuelo”.

Te escondes tras el miedo y la poca hombría,
atropellas la razón,
y acabas rebozándote entre el fango
y la cobardía.

“Reyezuelo que dominas (o crees hacerlo),
un país de pandereta,
más vale ser desterrado del reino,
que inclinar la cabeza y poner careta”.

Fran Álvarez.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Pequeñas historias de un naufrago de la vida.


"El mar de la noche me arrastró cual barco a la deriva. En medio de la inmensidad del océano luché bravamente contra las gigantescas olas que amenazaban con engullirme. Con una mano cogí fuertemente el timón y con la otra mi inseparable botella de whisky y con cada trago insuflaba valor a mi vulnerable e indefenso cuerpo y lo disponía a plantar cara a los elementos.
Sabía que mi esfuerzo iba a ser inútil, pero tenía el firme convencimiento de vender cara mi derrota. Seguí luchando cuanto pude, pero de entre las salvajes y agitadas aguas, surgió inesperadamente una sirena que me atrapó y sin darme tiempo a reaccionar me llevó con ella al lecho marino en un viaje que al principio parecía hermoso, pero luego se tornó en desesperación y angustia cuando ella me dejó abandonado a mi suerte en el fondo del mar......"

"El frío de la soledad me congela como al pobre pollo en la nevera. Estoy como el perro perdido que ladra sólo en la padera y nadie se entera. Ladra que te ladra y no hay quien lo sepa. ¡Maldita sea, ese móvil que no suena y ese mensaje que no llega!
Sólo, escuchando a Mark Knopffler y calentándome la azotea. Baladas suaves que no incitan a pelea, pero que me llenan la cabeza de ideas. Buenas si me llamas, quiere decir que te acuerdas y malas si pasas, por que entonces es que ni te enteras.
Y vuelvo a tener frío por que ya no me fío que vengas. Pero también me río, soy un perro que ladra, pero también caballo y hay más yeguas y otras cuadras".

"Derrotado por el amor y el destino, vencido como Aquiles , herido de muerte con la flecha en su talón y perdido como un arbejo en una ensaladilla, me retiro a mis cuarteles de invierno para seguir creciendo en la adversidad a la espera de tiempos mejores y resurgir como el Ave Fénix rescatado de las tinieblas del desamor y el fracaso.
También puede que vuelva como Alonso Quijano y me transforme una vez más en Don Quijote y salga en la noche en busca de mi Dulcinea, aunque al final acabe luchando como siempre contra esos enormes molinos de viento que siempre me impiden verla"
Fran Álvarez.

El Banquillo de la vida


- "Cuando escupas para arriba abre el paraguas por si acaso no vaya a ser que te salpiques con las gotas de tus propias contradicciones".


- "En el rompecabezas de la existencia cada uno tiene que buscar su sitio, pero no es fácil. Unas veces no lo encuentras y otras son los demás los que no te dejan hacerlo. Cuando al final aparece un hueco donde ubicarte, te das cuenta en muchas ocasiones que ese espacio no es para ti".


- "A veces lo peor de uno mismo está en el interior de su cabeza y lo mejor también, formando un indisoluble matrimonio entre lo bueno y lo malo".


- "Si el barco de tu vida se hundió en el pasado, no permitas que los restos del naufragio te impidan ver el presente".


- "La imaginación es el refugio en el que te escondes cuando la realidad de la vida te asfixia, aunque la frontera de lo real y lo fantástico es una línea muy fina. Si te acostumbras a vivir ahí, sin darte cuenta puedes llegar a coquetear con la locura. ¿Y cómo lo sabes? Es fácil, en tu cabeza viajas a Marte y vuelves, el loco se queda allí".


- "En la maleta de la vida no puedes cargar con el peso de amistades que no te aporten nada. Si el valor de tus amigos de verdad te cabe en una mochila, es absurdo ir cargando con un baúl".


- "Cuando a pesar de la edad todavía conservas un pequeño grado de inmadurez, siempre podrás seguir manteniendo cierto nivel de inocencia, ingenuidad, capacidad de sorpresa e imaginación para disfrutar de pequeñas cosas que de vez en cuando la vida te ofrece".


- "Lo que uno vale, lo determina uno mismo. No eres tú el que tienes que demostrarlo a los demás, son ellos los que tienen que valorarlo si quieren. Si las relaciones humanas fueran como la fruta madura, sé árbol y deja que esta cuelgue de tus ramas, alguien la arrancará ó no, pero no vayas ofreciéndola como un frutero que pretende colocar su mercancía, porque unos no la quieren, otros nos les gusta, otros no la necesitan y muy probablemente muchos tengan un concepto equivocado de como sabe, pero ese es su problema y no el tuyo".


- "El aprendizaje en la vida son esos dos árboles donde enganchas la hamaca que tu mismo tejiste con la cuerda de tus errores y en la que te balanceas con la seguridad del que ha aprendido de ellos para no volver a cometerlos".


- "Hay quienes nunca miran debajo de su cama por que lo más probable es que encuentren polvo acumulado en el suelo y prefieran no verlo para no sentirse en la obligación de tener que limpiarlo. A muchas personas les ocurre algo parecido con su existencia, prefieren ver la vida de una forma superficial en vez de profundizar en ella y ver la realidad de los problemas a los que han de enfrentarse".


-"El hombre es como un ratón que se mueve continuamente por un laberinto en busca de un poco de queso. Puede que lo encuentre a la primera. Puede que no lo encuentre nunca. Y también puede que tarde mucho en encontrarlo, cuando quizás, ya no tenga hambre".


- "A veces hay personas que al principio se quieren comer el mundo, después navegan entre el hambre y la falta de apetito y al final dejan que sea el mundo el que los devore a ellos".

Fran Álvarez.

Calle del Desengaño, Esquina el Fracaso.


Quinta Avenida, Nueva York.
¡ Viva la vida, viva el amor !
En un taxi amarillo
me voy a Central Park.
¡ Viva el sueño americano !
Pobre italianito,
emigrante siciliano.
Robert de Niro,
Al Pacino,
Cosa Nostra,
Carlo Gambino.
Don Corleone.
¡ Te respeto Padrino !
¡ Despierta idiota,
tu sueño me importa un comino !
Maleta pequeña,
poca ropa
y algo de sitio,
para mis ilusiones rotas.
Vida vivida,
de risas y penas,
solo me alegran el día,
algunas tías buenas.
Y ese taxi que ya llega,
ese auto que me lleva.
Ya no es amarillo,
es blanco como la nieve
en una ciudad que no nieva.
Y no es Nueva York
y tampoco hay rascacielos.
Es un ghetto triste y gris,
y no veo el cielo.
¡ Perdóneme señor Alcalde,
pero la estatua de Woody
me importa un bledo !
Y llueve,
y el paraguas de la vida,
ya no me protege,
y eso duele.
Las gotas de agua,
me mojan el alma
y me hieren.
¡ Tonto del culo ¡
Ingenuo como un negrito en patera,
iluso,
todo es un bulo.
¿Quién te vendió que eso del amor,
todavía está en uso?
¡ Lleveme rápido amigo taxista !
A la calle del Desengaño,
esquina el Fracaso.
¡ Perdone que insista,
por favor, vaya rápido !
Quiero llegar pronto,
para clavar mi bandera,
mi estandarte,
de derrotado en la tierra.
Como Napoleón en Waterloo,
luego desterrado en Santa Elena.
Calle del Desengaño.
¿Dónde quedan tus ilusiones muchacho?
Esquina el Fracaso.
Vencido, Frustrado, Vacío.
Animal herido.
Y el túnel negro a un paso.
Pensamientos oscuros
………y lo buitres acechando.
Calle del Desengaño.
Mañana será otro día,
y prefiero estar con Joaquín
en Calle Melancolía.

Fran Álvarez.

El Pequeño Mickey Mouse.




“Me acordé de Sabina y quise aliviar mi soledad.

Salí en busca de una gatita y patrullé por la ciudad.

Antes de que llegara la hora maldita y cerrara aquel bar.

Tuve suerte y la encontré en la oscuridad de un pequeño local.

La miré y me miró.

Fue un cuchillo que me atravesó el corazón.

Pero a veces es demasiado el queso para un pequeño roedor.

Y muy peligrosa la gata que al final acaba con el ratón.

Pongamos que hablo de……………………..

Y aquí se acaba la historia.

La pequeña historia de un pequeño roedor”.


Fran Álvarez.