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viernes, 25 de febrero de 2011

La mirada seductora.



Hay quienes se dedican a estudiar el enamoramiento y sus diferentes procesos, entre ellos el psicólogo neoyorquino Arthur Arum, que ha realizado la siguiente afirmación: El amor es más mudo que ciego.
Al parecer, cuando el hombre despliega sus armas de filtreo, tiene que fijarse más en lo que se ve, que en lo que se oye, ya que las mujeres están más atentas a lo primero que a lo segundo.
Ante esto, parece que las dudas se disipan, a la hora de seguir el procedimiento más adecuado y eficaz, en el momento de desarrollar por parte del hombre las labores de conquista.
Habrá que olvidarse por lo tanto, de pronunciar esa frase ingeniosa, a la que antes de soltarla como quien no quiere la cosa, se le da tantas vueltas en la cabeza, como si el cerebro fuera una lavadora en pleno centrifugado. Es como si quien lo hace, se hubiera transformado en un piloto de bombardero, que suelta su carga explosiva, esperando dar de lleno en la diana y provocar un resultado impactante, aunque en este caso, afortunadamente sin víctimas mortales.
Tampoco servirá utilizar ese chiste tan manoseado, y que siempre provoca carcajadas en la persona que lo escucha, en este caso, la chica en cuestión, merecedora de los máximos desvelos y atenciones por parte del conquistador de turno.
Mr.Arum, ofrece a los hombres la solución ideal, simplemente hay que utilizar una intensa y penetrante mirada y enfocarla directamente sobre los ojos del objetivo femenino elegido, y así, sin pronunciar ni una sola palabra, las posibilidades de éxito, se verán sustancialmente incrementadas, ya que, según el psicólogo mencionado, esto hace que se atraigan entre sí, personas que hasta el momento, eran absolutamente desconocidas entre ellas.
Habrá pues, que ensayar el método en cuestión, entrenándose en soledad frente al espejo y buscar posteriormente el momento oportuno para ponerlo en práctica.
¡Buena suerte!

Fran Álvarez.

lunes, 21 de febrero de 2011

No las excitamos.




Si algún hombre piensa, que simplemente por el hecho de ponerse desnudo delante de una mujer, ésta, se va a excitar fácilmente, se equivoca.
No queremos referirnos solo a los que su cuerpo los ha abandonado como a un naufrago en una isla, (en algunos casos, incluso, el envoltorio corporal ha huido despavorido), y en el que los kilos campan a sus anchas, como una salvaje manada de búfalos, desbocada por una pradera del viejo oeste americano.
También queremos mencionar, a los hombres que se encuentran en el lado contrario, esos de la figura tipo Mister Universo, sin una grama de grasa, con una tableta tan marcada sobre el abdomen, que para sí la quisiera la fábrica Nestlé, como molde original para sus productos, y por si lo anteriormente dicho no fuese suficiente, también con unos brazos fuertes y esculpidos con sumo esfuerzo, dedicación obsesiva y disciplina de gladiador, en el gimnasio a base de pesas y más pesas.
Según un estudio realizado por la doctora Meredith Chivers de la Universidad de Toronto en Canadá, dice que en absoluto una mujer puede llegar a excitarse simplemente con ver a un hombre desnudo, y que el nivel de excitación que una hembra experimenta con un macho (en pelota picada), es equiparable al que tiene la fémina en cuestión cuando observa un paisaje nevado desde la terraza de su casa (por poner un ejemplo).
Para completar el estudio y tirar más aún por el suelo los sueños de seducción del hombre, la señora (o señorita, no lo sabemos a ciencia cierta, pues no tenemos el placer de conocerla) Chivers, añade, que la cosa cambia drásticamente (¡OH sorpresa!), cuando una mujer ve a otra como Dios la trajo al mundo, es decir, como Eva, con o sin hojita tapa-vergüenzas, y esto al parecer sucede por que se dispara la presión sanguínea, vamos que a ella cuando ve a la otra, se le revoluciona la sangre, que sale disparada a todo trapo por las venas, alcanzando la misma intensidad que el chorro de agua lanzado por la manguera de un bombero.
Conclusión: ¡Ya no las excitamos! (al menos, como pensábamos). Y equivocadamente, creíamos que la competencia en cuanto a provocar excitación se refiere, era con el vecino de en frente, y ahora resulta que es con la vecina de al lado
¡A buen entendedor ……..!


Fran Álvarez.

viernes, 11 de febrero de 2011

Guapas y Ricos.




El psicólogo Peter Todd de la Universidad de Indiana en EE.UU, después de diversos estudios realizados entre hombres y mujeres, y que están relacionados con las preferencias de unos y otras, en materia de elección de parejas, llegó a una serie de conclusiones que una vez analizadas, nos llevan a considerar lo siguiente:
Ellos: Buscan sobre todo a mujeres atractivas, es decir, el factor determinante a tener en cuenta, es el aspecto físico, en general la belleza, por encima de cualquier otra cualidad.
(¡Y mira, que las hay que cocinan como los ángeles, pero ni así….!)
Ellas: Tienen principalmente, preferencia por los hombres que les aseguren un buen porvenir.
Cuanto más dinero mejor. Así que, los titulares de cuentas corrientes en estado de gracia, están siempre para ellas, en el Top Ten de los preferidos.
No sabemos a ciencia cierta, el grado de exactitud de los estudios realizados por Mr.Todd, pero lo que si parece claro, a tenor de los resultados obtenidos y analizándolos siempre bajo la óptica del sentido del humor, que desde un punto de vista muy personal, es algo que siempre se debería de tener presente, a la hora de elegir a la pareja ideal ya que es lo mejor en estos casos, tenemos que:

1-Eso de que la belleza está en el interior, parece que ya no cuela en este asunto que nos ocupa. A la guapa la quieren todos, así que, las menos agraciadas, tendrán que ponerse a la cola y esperar pacientemente sus turno, esperando que él, valore más como hace la tarta de manzana o se fije con atención en lo bien ordenada que tiene la casa.

2-Eso de que el dinero no es lo más importante, parece que tampoco sirve de mucho, en esta historia. Por lo que se ve, Don Dólar, se imponen con claridad al Sr.Corazón (incluso, puede llegar a dejarlo completamente K.O), en el combate del enamoramiento.
¡Cariño te quiero con locura, bueno, a ti y a tu cartera*!
(*: Cuanto más llena mejor).


Fran Álvarez.

martes, 8 de febrero de 2011

El Gracioso y El Bailarín.




Dice el refrán que más vale caer en gracia que ser gracioso, y no seré yo quien vaya en contra de esta afirmación, pues estoy plenamente convencido de que los refranes, son una fuente inagotable de sabiduría que se transmite de generación en generación a través de los tiempos. No obstante, y sin querer contradecir a lo dicho anteriormente, el psicólogo Kristopher McCarty de la Universidad inglesa de Northumbria, dice que los hombres graciosos, aumentan su atractivo masculino y en consecuencia son preferidos por las mujeres, que al mismo tiempo, también los consideran más inteligentes.
La gracia, podemos incluirla dentro del amplio campo en el que se manifiesta el sentido del humor, y de todos es sabido, que quienes lo poseen en mayor o menor grado, también demuestran su inteligencia en equivalente proporción.
Si hacemos caso a las investigaciones de Mr.McCarty, habrá que procurar ser graciosos, aunque, si la gracia no es natural y la forzamos en exceso para aparentar lo que no somos, podemos acabar siendo vulgares, incluso soeces, además de hacer el mayor de los ridículos, en especial, cuando en muchas ocasiones la imagen final que queda de nosotros por la gracia sin gracia que se nos ha ocurrido, es la de un autentico bufón de andar por casa.
Esto sucede muchas veces, cuando algunos, que no conocen cuales son sus verdaderas limitaciones, piensan que son el mismísimo Woody Allen.
Continuando con el psicólogo anteriormente mencionado, igualmente se llega a la conclusión que para ellas, también son más atractivos los hombres que saben bailar. Así que, todos aquellos que quieran mejorar sus dotes artísticas en este campo, todavía están a tiempo de acudir a los salones de cualquier academia de baile, y apuntarse a las correspondientes clases, que les sirvan para poner en forma su alicaído o nulo sentido del ritmo, y utilizar la Salsa u otros estilos similares, para darle un poco de chispa a sus torpes y lentos movimientos.
En esto de bailar, igual que en lo de ser gracioso, hay que poseer también ciertas dotes naturales, como equilibrio, coordinación y buen oído. Lamentablemente, los que no han nacido para ello, se moverán, sobre todo al principio, como auténticos patos mareados, aunque todo es cuestión de intentarlo con suma paciencia y perseverancia, además de no desanimarse nunca. Bien es cierto, que habrá casos imposibles, los verdaderos Anti-Fred Astaire de las pistas. Sin ir más lejos, he conocido personalmente a alguno de ellos, que han acabado en el suelo, víctimas de su propia torpeza, y lo peor, no es solo eso, lo más grave es que también han arrastrado con ellos a su compañera de baile.
No obstante, y a pesar de las dificultades, hay que intentarlo con tal de mejorar nuestro nivel de atracción, para que ellas se fijen más en nosotros.
Fran Álvarez.

domingo, 6 de febrero de 2011

EL pobre Juanito.



Solo, solito.
¡Pobre Juanito!
Solo, solito.
Estaba escrito.
Dejaron tirado a Juanito.
No era normal tanto abrazo.
No era creíble tan buen rollo.
No era auténtica tanta risa.
Era muy artificial tanta sonrisa.
¡Pobre Juanito!
¡Te dejaron tan solito!
¿Dónde está aquel que siempre se colgaba de tu cuello?
¿Y aquel otro que te abrazaba a todas horas?
¿Y qué fue del que siempre te daba palmadas en el hombro?
¿Y dónde se metió aquel que continuamente reía tus gracias?
(Aunque la verdad es que muchas veces, de gracia tenían muy poco).
¡Ay Juanito!
¡Que solito te has quedado!
Siempre fuiste un poco ingenuo.
Y también un poco tonto.
Tus amigos eran unos jetas.
Tan solo, impostores con caretas.
¡Que solito te has quedado!
¡Pobre Juanito!

Fran Álvarez.