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sábado, 9 de octubre de 2010

Marioneta.



Marioneta, Juguete para el niño.
Marioneta, Servil manejado por el hilo.
Marioneta, Muñeco divertido.
Marioneta, Patético pelele.
Marioneta, Saltimbanqui de las mil posturas.
Marioneta, Criado obediente de “su excelencia”.
Marioneta, Contorsionista de trapo.
Marioneta, Tu vida en otras manos.

Fran Alvarez.

viernes, 1 de octubre de 2010

¡Buenas noches, cariño!




Matrimonio de media edad, quince años de casados. Conversación en la cama.

Ella: ¿Me ves todavía guapa?

El: Como el primer día ¡mi amor!

Ella: ¿No crees que me sobran algunos kilos?

El: ¡No cariño, así estás estupenda!

Ella: ¿Eres sincero, verdad?

El: ¡Por supuesto tesoro, por ti no pasan los años!

Ella: ¿No me notas arrugas en la cara?

El: ¡En absoluto cielo mío, tienes la cara como la piel de un bebé!

Ella: Te agradezco mucho tu sinceridad Manolo.

El: ¡Sólo digo la verdad, estás hermosa!

Ella: Te mereces que yo también sea sincera contigo.

El: ¡Gracias vida mía!

Ella: Manolo, en primer lugar, tengo que decirte que estás cada día más calvo ya que en la cabeza es el único sitio donde no te sale ningún pelo, pero lo que es en el resto del cuerpo, la verdad es que pareces un auténtico mono y también estás gordo Manolo, y si hablamos de los kilos que te sobran, nada más que hay que mirar para ver tu barriga cervecera, y no nos vamos a engañar, pero por ti si pasan los años, como si fueran una alocada estampida de bufalos furiosos, cada día te veo más estropeado, más avejentado, en fin Manolín, que estás hecho una auténtica ruina y en vez de vernos como un matrimonio, parecemos padre e hija. ¡Qué lástima, hay que ver los estragos que hace el tiempo en algunas personas!

El: ¡De nuevo gracias querida, siempre tan sincera!

Ella: De nada Manolo, ya sabes que lo digo por tu bien, nunca quise decirte mentiras. Yo nunca te engañaría, aquello con tu amigo Pepe, sólo fue un desliz.

El: ¡Buenas noches amor, que descanses!

Ella: ¡Buenas noches Manolo, tu también y a ver si no te entra esa dichosa tos y así descansamos los dos!

Fran Alvarez.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Deseos y otras simplezas.

1-Que espero no seguir a Dios rogando y con el mazo dando.

2-Que los imbéciles dejen de revolotear a mí alrededor.

3-Que debajo de la pintura no haya óxido.

4-Ni clavos debajo de mi colchón.

5-Que de mis actos en la tierra, responda el cielo y no yo.

6-Que no se coman unos la tarta que hacen otros y si lo hacen, que al menos tengan la decencia de dejar un trozo.

7-Que la montaña venga a Mahoma (y sino, peor para ella).

8-Que las lenguas de "doble filo" se muerdan y se mueran con su propio veneno.

9-Que los "fariseos" no se den tantos golpe en el pecho con eso del "Yo pecador" , y que hagan algo más por los que verdaderamente lo necesitan.

10-Que no me hablen de fútbol a las 4 de la mañana (¡por favor!).

11-Que las mujeres me sigan gustando cada vez más, aunque cada vez las entiendo menos.

12-Que algunos tengan el valor de quitarse la "careta" de una puñetera vez, para que veamos en realidad como son. (Se la pusieron en Carnaval de no sabemos que año y ahí sigue).

13-Que mi próximo cumpleaños pase de largo sin que ni tan siquiera se pare a saludarme.

14-Que al igual que existe la "Oficina del Defensor del Ciudadano", el gobierno cree también la "Oficina del Defensor contra los Pelmazos".

15-Que el que, no sea el cuando.

Fran Álvarez.

sábado, 13 de marzo de 2010

El País de las Maravillas.



“En el país de las maravillas, si metes los dedos donde no debes, seguro que te los pillas. Y hay que espabilar para que no te puedan seguir dando y dejarte el trasero como para sentarte en dos sillas.”

País SA. Tenemos de todo como en botica. Y esto es lo que uno se puede encontrar cualquier día, a cualquier hora y en cualquier sitio.

Poltroneros a perpetuidad que nunca quieren dejar su cargo.
Muchos desahucios y demasiados embargos.
Miedosos flojos de barriga que nunca salen del retrete.
Uno que se creía listo y resultó ser un zoquete.
Falsos alquimistas.
Redentores de andar por casa.
Perdonavidas que fracasan.
Nuevos ricos con mucha tripa.
Gente con mucha jeta que nunca pasa por caja.
Bastantes chorizos.
Punkis con pelos de erizo.
Falsas brujas que no saben hacer hechizos.
Fittipaldis de autopista.
Estómagos agradecidos.
Estresados equilibristas.
Muchos prepotentes.
Y mucha cirugía estética.
Pechos grandes como tiestos.
Sujetadores pequeños que los aprietan con empeño.
Tíos con los huevos bien puestos.
Y otros serviles que solo hacen lo que les mandan sus dueños.
Vidas travestidas.
Otros siempre con careta.
Personas muy salidas.
Cerebros en clausura.
Calentones de aupa.
Serpientes que viven de la usura.
Biografías que hacen pupa.
Rebeldes reciclados.
Bastantes memos y algunos tarados.
Muchos chivatos.
Y demasiados infelices que nunca rompieron un plato.
Ratones de oficina.
Gigolos para cincuentonas.
Falsas beatas que se acicalan para andar por casa.
Alpinistas de la vida.
Ingenieros de pacotilla.
Vendedores de pastillas.
Y bastantes tiranos que se les va la mano.
Tías que engatusan con ojos de gata.
Tíos que siempre vuelven a meter la pata.
Billeteros sin billetes.
Inocentes con grilletes.
Imbéciles y sinvergüenzas.
Impresentables y veletas.
Y algún bobo que se arruina por un par de tetas.
Predicadores de falsos sermones.
Vendedores de palabras huecas.
Falsos Mahomas que no vienen de La Meca.
Charlatanes con etiqueta.
Iluminados profetas.
Ineptos y rufianes.
Cuentista y holgazanes.
Pedantes.
Llorones itinerantes.
Envidiosos.
Matones grandes como osos.
Enormes cuernos y no de toros bravos.
Mentes privilegiadas.
Atrevidos malabaristas.
Silenciosos carteristas.
Blancas Nieves y Cenicientas.
Vecinas chismosas como cotorras deslenguadas.
Un consolador desconsolado.
Reicidentes pelmazos.
Algún presuntuoso licenciado.
Vendedores omnipresentes.
Adivinos de la mente.
Muchos contertulios aburridos (de aburrir al personal).
Algunos genios un poco idos.
Bailarines de salón.
Chiflados que corren un Maratón.
Músicos de pandereta.
Duros de oído.
Y otros que no tocan ni la trompeta.
Barrenderos sin escoba.
Payasetes de tuna.
Terroristas de la radio.
Beduinos sin dromedario.
Algún ingenuo estafado.
Una falsa princesa.
Muchas víctimas del desamor.
Corazones rotos.
Heridas sin cicatrizar.
Y Mucho atolondrado medio tuerto.
¡ Ten cuidado, que no te lleven al huerto ¡

Fran Álvarez.

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Y esto de qué va?



(Cada cual que lo interprete a su modo y que saque sus propias conclusiones).

¿Quien conoce realmente lo que es la vida?
¿Alguien puede descifrar este misterio?
¿Por qué albergamos en nuestro cerebro las tinieblas del desconocimiento y las telarañas de la ignorancia?
Dijo una vez el famoso escritor alemán Ghoete “que no hay nada más peligroso que un ignorante activo” y tenía el hombre toda la razón.
Uno no puede andar por el mundo sin saber lo que se trae entre manos, hay que espabilarse de una vez y espantar de la cabeza, como si de una mosca cajonera se tratase, ese analfabetismo exacerbado, ese profundo desconocimiento, esa “empanada” mental que hace al hombre tan pequeño como una hormiga, tan simple como un botellín de agua mineral (sin gas), tan imbécil como aquel que se cree que está por encima del bien y del mal, tan vulgar como una alpargata de esparto y sobre todo tan sumamente “retrasado que acaba siendo el último de la fila, el vagón de cola, el farolillo rojo, el burro de la clase, el más torpe del pelotón, el colista de la categoría o un completo lelo como Forrest Gump”
Sin embargo hay que tener cuidado, no obstante, con esos falsos predicadores del Siglo XXI, con esos nuevos profetas de la era de la informática, el botellón y los intereses usureros del capitalismo bancario, que con un sermón barato, propio de un televendedor o de una estudiada estrategia de marketing de andar por casa te dirán que te has apartado del camino de la verdad, de la razón y del conocimiento y trataran de hurgar en vuestra mente, a esos, ni caso.
“Siempre, mejor solos que mal acompañados”, la excursión comienza y el ascenso a la montaña de la razón y la verdad es un largo y duro desplazamiento, así que durante el recorrido que no se os olvide beber a grandes tragos de las fuentes del saber que os encontrareis durante el camino.
Procurar que se quite lo más rápidamente de vuestro hemisferio cerebral, esa costra de subdesarrollo que los políticos aportan año tras año a la vida diaria del sufrido y paciente ciudadano de a pie, gracias también a esos malos hábitos sociales adquiridos a golpe de tragar con todo y sobre todo a la pegajosa tradición (desfasada tradición) que algunos (o muchos) confunden con la sabiduría popular y que tantos males es capaz de causar a la convivencia entre las personas
Muchas veces la ignorancia se apodera de todos nosotros y se pega a nuestro ser como el óxido a la chapa y se acaba confundiendo lo uno con lo otro llegando a un extremo tal que no basta con saber más, primero hay que desaprender para volver a empezar y aprender de nuevo.
Sería muy interesante que todos hiciéramos un ejercicio de auto-investigación para escudriñar bien a fondo y llegar hasta el lugar más inaccesible del maravilloso y a la vez complejo funcionamiento de nuestro cerebro, a ver que encontramos, quizás alguno se llevaría una sorpresa, sobre todo los que no van a encontrar nada, que son más de los que se cree.
Si solo pensamos en lo elemental, en lo intrascendente, en lo elemental, como ¿qué me pondré hoy para salir? o “tengo que buscar sin falta un papel para la pared con unas tonalidades en rosa que me hagan juego con los respaldos del sofá del salón”, esto más bien es cosa de “ellas”, pero es que “ellos” también tienen lo suyo (en este caso tenemos), como “me cayeron tres pelos” (pues los guardas en una caja de madera si no quieres perderlos)
o “no sé si este verano iré de vacaciones al pueblo o al Caribe o mejor no voy a ningún lado y con el dinero que me ahorro compro un televisor de plasma con pantalla mega panorámica con sonido envolvente “
Podríamos seguir con unas y con otros y no acabaríamos:
¿Me hará juego la forma de los zapatos con el diseño de los pendientes?
¿Se me notará mucho el grano que me ha salido en la nariz?
¿Llamaré a Pepi para salir o mejor quedo con Lucy?
Y etc. Etc. Etc.
No nos quedemos en lo simple ni en lo superficial, el cerebro no se gasta por usarlo mucho y es una pena que una máquina tan perfecta apenas se utilice, incluso algunos lo tienen prácticamente intacto cuando les ponen el “traje de pino”.
Hay que procurar meterse como una taladradora en esa senda misteriosa y apasionante que es “uno mismo” y excavar y profundizar aunque muchas veces no guste lo que se ve, si bien, en ocasiones hay quien se lleva una agradable sorpresa, ¡caramba caramba, no pensaba yo que esto podía salir de mí!. Incluso alguno se siente importante por darse un toque de intelectualidad inesperado que le va a permitir asomarse a un mundo desconocido, el del conocimiento, pero de ahí, hasta llegar a la cima de la sabiduría queda un trecho muy largo que no todos están en condiciones de llevar a cabo.

Fran Álvarez.

martes, 1 de diciembre de 2009

Su Servil Majestad.



Reyezuelo venerado por incompetentes aduladores
y a la vez vasallo,
inclinado ante aristocráticos señores.
Permanente admirador del poderoso,
para quien siempre tiene más valor,
el apellido de cuna y el rimbombante nombre
que el valor verdadero del hombre.

Arrodillado inamovible ante el influyente,
bajo el peso patente,
de la inferioridad manifiesta,
como complejo pegado,
igual que el “desfase a la fiesta”.

Tirano controlador.
Castrador de imaginaciones.
Inquisidor homicida,
de creatividad e ilusiones.

Igual que el “Papa” en dogmas de fe,
no te equivocas nunca.
Ves siempre la “paja en ojo ajeno”.
¡Soy infalible! (a ti mismo te dices).
¡Y vas y te lo crees, pobre imbécil!
Sin embargo, no ves la enorme “viga”
y la tienes delante de las narices.

Emperador de la permisividad.
Apóstol del “no esfuerzo”.
Consentidor “perdonavidas”.
¡Qué pena de tío!

Te arrastras por el suelo,
cuando no necesitas hacerlo,
eres serio y con conocimiento,
pero haces lo que sea por ser “Reyezuelo”.

Te escondes tras el miedo y la poca hombría,
atropellas la razón,
y acabas rebozándote entre el fango
y la cobardía.

“Reyezuelo que dominas (o crees hacerlo),
un país de pandereta,
más vale ser desterrado del reino,
que inclinar la cabeza y poner careta”.

Fran Álvarez.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Pequeñas historias de un naufrago de la vida.


"El mar de la noche me arrastró cual barco a la deriva. En medio de la inmensidad del océano luché bravamente contra las gigantescas olas que amenazaban con engullirme. Con una mano cogí fuertemente el timón y con la otra mi inseparable botella de whisky y con cada trago insuflaba valor a mi vulnerable e indefenso cuerpo y lo disponía a plantar cara a los elementos.
Sabía que mi esfuerzo iba a ser inútil, pero tenía el firme convencimiento de vender cara mi derrota. Seguí luchando cuanto pude, pero de entre las salvajes y agitadas aguas, surgió inesperadamente una sirena que me atrapó y sin darme tiempo a reaccionar me llevó con ella al lecho marino en un viaje que al principio parecía hermoso, pero luego se tornó en desesperación y angustia cuando ella me dejó abandonado a mi suerte en el fondo del mar......"

"El frío de la soledad me congela como al pobre pollo en la nevera. Estoy como el perro perdido que ladra sólo en la padera y nadie se entera. Ladra que te ladra y no hay quien lo sepa. ¡Maldita sea, ese móvil que no suena y ese mensaje que no llega!
Sólo, escuchando a Mark Knopffler y calentándome la azotea. Baladas suaves que no incitan a pelea, pero que me llenan la cabeza de ideas. Buenas si me llamas, quiere decir que te acuerdas y malas si pasas, por que entonces es que ni te enteras.
Y vuelvo a tener frío por que ya no me fío que vengas. Pero también me río, soy un perro que ladra, pero también caballo y hay más yeguas y otras cuadras".

"Derrotado por el amor y el destino, vencido como Aquiles , herido de muerte con la flecha en su talón y perdido como un arbejo en una ensaladilla, me retiro a mis cuarteles de invierno para seguir creciendo en la adversidad a la espera de tiempos mejores y resurgir como el Ave Fénix rescatado de las tinieblas del desamor y el fracaso.
También puede que vuelva como Alonso Quijano y me transforme una vez más en Don Quijote y salga en la noche en busca de mi Dulcinea, aunque al final acabe luchando como siempre contra esos enormes molinos de viento que siempre me impiden verla"
Fran Álvarez.