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lunes, 27 de diciembre de 2010

Optimizate.



Tengo frío, me río.

Tengo calor, busco frescor.

Estoy cansado.

Voy a la piscina, y nado.

Me duele la cabeza.

Me tomo un Zumo de Cereza.

No tengo dinero.

¡Tranquilo, es pasajero!

Se me cae el pelo.

Hago como con el mal olor, no lo huelo.

Estoy desempleado.

Peor es estar explotado.

El que no se consuela es por que no quiere.
Fran Álvarez.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡Encantado de haberme conocido!



Estoy encantado de haberme conocido.
¡Sí, digo bien, de haberme conocido!
Y no digo de haberte conocido.
Sino de haberme conocido a mí.
¡A mí mismo!
Me vas a perdonar, pero ahora me importa más el Mí que el Tí
En otro momento hablaremos de ti.
De tus deseos, de tus ilusiones, de tus metas.
Pero ahora el que importa soy yo.
No pienses que soy un egoísta.
Aunque en un momento dado si puedo parecerlo.
Nadie es perfecto, y yo no soy la excepción.
¡Perdona, si quiero ser hoy el protagonista de la historia!
Pero no lo voy negar, así es.
Hoy quiero hablar de mí.
Aunque sin extenderme, ni colgarme medallas.
No se trata tampoco de cansar al personal.
Ni de ser pesado y aburrido.
Y mucho menos de resultar pedante.
Que es lo que les ocurre, a los que hablan mucho de ellos mismos.
Esos del Yo, Yo, Yo y solamente Yo.
Tampoco hace falta eso.
¡Tan solo, quiero decir que estoy contento de haberme conocido!
Y eso no es nada fácil, ¿sabes?
Puede que tú todavía no te hayas conocido a ti mismo.
Es probable que todavía no te mires lo suficiente en el espejo.
Y quizás cuando lo hagas, la imagen que veas sea la de un extraño.
Tendrás que seguir intentándolo.
Yo he gastado muchos espejos de tanto mirarme.
Y también he roto algunos.
Incluso, un par de ellos salieron volando por la ventana.
Muchas veces no me gustaba lo que veía.
Otras la nitidez de la imagen reflejada en el cristal era demasiado cruda.
Y para qué engañarnos, más de una vez, lo que vi me resultó insoportable.
No aparecía lo que de verdad quería ver.
Y el espejo nunca engaña, siempre te dice la verdad.
Seguro que si pones empeño en ello, al final conseguirás verte realmente como eres.
Y te pasará lo mismo que a mí, que estarás contento de haberte conocido.
¡Por fin!.
De saber de verdad como eres.
Y la alegría, no debe de ser por que lo que veas te guste.
Por que quizás no sea así.
Tu satisfacción debe de ser, cuando por fin consigues ver la realidad.
Si tienes un grano y no lo encuentras, tendrás que seguir mirando.
Pero, si lo ves, aunque no sea una imagen agradable, ¡enhorabuena!
Sabes que lo tienes.
Eres consciente de ello.
Ahora si quieres que el grano desaparezca, ya depende de ti.
Tendrás que seguir el procedimiento adecuado.
A todos nos lleva tiempo conocernos a nosotros mismos.
Algunos no se conocen jamás.
Quizás es que no lo han intentado con todas sus fuerzas.
También puede ser un problema de miopía, ¿incurable?
Lo raro es que nunca ven el grano en su cara.
Sin embargo, ven todos los granos posibles en el rostro de los demás.
Por lo que a mí respecta vuelvo a decir que:
¡Me resulta estupendo haberme conocido!
A pesar de que tengo granos en la cara.
Sé exactamente donde están y cuantos tengo.
Aunque cada día que pasa, aparecen unos nuevos.
Y desaparecen otros.
El remedio siempre está en la pomada que apliques según la necesidad del momento,
Debe ser la indicada, en su dosis justa y extenderla correctamente en la zona adecuada,
¡Por eso, estoy encantado de haberme conocido!
¿Y tú?

PD.- Todos tenemos granos en la cara, unos más que otros, pero granos al fin y al cabo. Y los granos tantos los propios como los ajenos no son agradables de ver, pero están ahí. Y en mi caso lo que más curioso me resulta, es que ahora que veo todos mis granos, tengo menos que cuando no veía ninguno, y si embargo tenía la cara llena de ellos.

Fran Álvarez.

martes, 16 de noviembre de 2010

Me río.




No ando, corro.

No me paro. Sigo el camino.

Siento, respiro, vivo.

Ahora calor y aparece el dolor.

Pienso y me río.

Mismo camino.

Paso más corto.

Corro, pequeño salto y me río.

Me duele, sigo vivo.

Llueve, viento, vuelve el frío.

Sudor, dolor, vuelve el calor.

No me fío.

Quizás retorne el frío.

Otro día más y corro.

Correr y correr.

¡Gracias!.

¡Me siento vivo!

Y sigo.

Paso largo, mismo camino.

Me duele, pero me río…….

Fran Álvarez.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Lo que (no) haría yo por ti.




Por ti, iría caminando al fin del mundo.

Por ti, subiría a las montañas de la luna.

Por ti, embestiría con mi lanza a un molino de viento.

Por ti, me lanzaría al vacío haciendo piruetas en el aire.

Por ti, descendería a pleno pulmón al fondo del océano.

Por ti, me enfrentaría a un Dragón con lengua de fuego.

Por ti, ¡sólo Dios sabe, lo que sería yo capaz de hacer por ti!

“Pero, aunque estemos en el Polo Norte, no me pidas que me disfrace de Pingüino,
Prefiero pasar frío, que la cara se me hiele y quedarme como blanca, congelada y solitaria estatua, pero no me pidas que me ponga la careta, eso aunque sea Por ti, yo no lo haría”.

Fran Álvarez.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Hormiga y Cigarra.




Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Trabajo cuando puedo.
Canto cuando me da la gana.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Río cuando me apetece.
No lloro cuando quiero.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Tomo el sol en invierno.
Me pongo chubasquero en verano.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
En la rutina soy discreto.
Me crezco en lo difícil.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Puedo trabajar en equipo.
y también sé, ser solitario.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Corro despacio.
Ando deprisa.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
En la mañana duermo
y estoy despierto en la madrugada.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Me gusta la compañía solitaria.
Quiero soledad acompañado.
Soy Hormiga.
Soy Cigarra.
Soy un Truhán.
Soy un Señor.
Soy Hormiga.
Me sale mal, si la trato como amiga.
Soy Cigarra,
Me sale mejor, cuando soy un Macarra.
Soy Hormiga, Soy Cigarra ……….

Fran Álvarez.

sábado, 9 de octubre de 2010

Marioneta.



Marioneta, Juguete para el niño.
Marioneta, Servil manejado por el hilo.
Marioneta, Muñeco divertido.
Marioneta, Patético pelele.
Marioneta, Saltimbanqui de las mil posturas.
Marioneta, Criado obediente de “su excelencia”.
Marioneta, Contorsionista de trapo.
Marioneta, Tu vida en otras manos.

Fran Alvarez.

viernes, 1 de octubre de 2010

¡Buenas noches, cariño!




Matrimonio de media edad, quince años de casados. Conversación en la cama.

Ella: ¿Me ves todavía guapa?

El: Como el primer día ¡mi amor!

Ella: ¿No crees que me sobran algunos kilos?

El: ¡No cariño, así estás estupenda!

Ella: ¿Eres sincero, verdad?

El: ¡Por supuesto tesoro, por ti no pasan los años!

Ella: ¿No me notas arrugas en la cara?

El: ¡En absoluto cielo mío, tienes la cara como la piel de un bebé!

Ella: Te agradezco mucho tu sinceridad Manolo.

El: ¡Sólo digo la verdad, estás hermosa!

Ella: Te mereces que yo también sea sincera contigo.

El: ¡Gracias vida mía!

Ella: Manolo, en primer lugar, tengo que decirte que estás cada día más calvo ya que en la cabeza es el único sitio donde no te sale ningún pelo, pero lo que es en el resto del cuerpo, la verdad es que pareces un auténtico mono y también estás gordo Manolo, y si hablamos de los kilos que te sobran, nada más que hay que mirar para ver tu barriga cervecera, y no nos vamos a engañar, pero por ti si pasan los años, como si fueran una alocada estampida de bufalos furiosos, cada día te veo más estropeado, más avejentado, en fin Manolín, que estás hecho una auténtica ruina y en vez de vernos como un matrimonio, parecemos padre e hija. ¡Qué lástima, hay que ver los estragos que hace el tiempo en algunas personas!

El: ¡De nuevo gracias querida, siempre tan sincera!

Ella: De nada Manolo, ya sabes que lo digo por tu bien, nunca quise decirte mentiras. Yo nunca te engañaría, aquello con tu amigo Pepe, sólo fue un desliz.

El: ¡Buenas noches amor, que descanses!

Ella: ¡Buenas noches Manolo, tu también y a ver si no te entra esa dichosa tos y así descansamos los dos!

Fran Alvarez.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Deseos y otras simplezas.

1-Que espero no seguir a Dios rogando y con el mazo dando.

2-Que los imbéciles dejen de revolotear a mí alrededor.

3-Que debajo de la pintura no haya óxido.

4-Ni clavos debajo de mi colchón.

5-Que de mis actos en la tierra, responda el cielo y no yo.

6-Que no se coman unos la tarta que hacen otros y si lo hacen, que al menos tengan la decencia de dejar un trozo.

7-Que la montaña venga a Mahoma (y sino, peor para ella).

8-Que las lenguas de "doble filo" se muerdan y se mueran con su propio veneno.

9-Que los "fariseos" no se den tantos golpe en el pecho con eso del "Yo pecador" , y que hagan algo más por los que verdaderamente lo necesitan.

10-Que no me hablen de fútbol a las 4 de la mañana (¡por favor!).

11-Que las mujeres me sigan gustando cada vez más, aunque cada vez las entiendo menos.

12-Que algunos tengan el valor de quitarse la "careta" de una puñetera vez, para que veamos en realidad como son. (Se la pusieron en Carnaval de no sabemos que año y ahí sigue).

13-Que mi próximo cumpleaños pase de largo sin que ni tan siquiera se pare a saludarme.

14-Que al igual que existe la "Oficina del Defensor del Ciudadano", el gobierno cree también la "Oficina del Defensor contra los Pelmazos".

15-Que el que, no sea el cuando.

Fran Álvarez.

sábado, 13 de marzo de 2010

El País de las Maravillas.



“En el país de las maravillas, si metes los dedos donde no debes, seguro que te los pillas. Y hay que espabilar para que no te puedan seguir dando y dejarte el trasero como para sentarte en dos sillas.”

País SA. Tenemos de todo como en botica. Y esto es lo que uno se puede encontrar cualquier día, a cualquier hora y en cualquier sitio.

Poltroneros a perpetuidad que nunca quieren dejar su cargo.
Muchos desahucios y demasiados embargos.
Miedosos flojos de barriga que nunca salen del retrete.
Uno que se creía listo y resultó ser un zoquete.
Falsos alquimistas.
Redentores de andar por casa.
Perdonavidas que fracasan.
Nuevos ricos con mucha tripa.
Gente con mucha jeta que nunca pasa por caja.
Bastantes chorizos.
Punkis con pelos de erizo.
Falsas brujas que no saben hacer hechizos.
Fittipaldis de autopista.
Estómagos agradecidos.
Estresados equilibristas.
Muchos prepotentes.
Y mucha cirugía estética.
Pechos grandes como tiestos.
Sujetadores pequeños que los aprietan con empeño.
Tíos con los huevos bien puestos.
Y otros serviles que solo hacen lo que les mandan sus dueños.
Vidas travestidas.
Otros siempre con careta.
Personas muy salidas.
Cerebros en clausura.
Calentones de aupa.
Serpientes que viven de la usura.
Biografías que hacen pupa.
Rebeldes reciclados.
Bastantes memos y algunos tarados.
Muchos chivatos.
Y demasiados infelices que nunca rompieron un plato.
Ratones de oficina.
Gigolos para cincuentonas.
Falsas beatas que se acicalan para andar por casa.
Alpinistas de la vida.
Ingenieros de pacotilla.
Vendedores de pastillas.
Y bastantes tiranos que se les va la mano.
Tías que engatusan con ojos de gata.
Tíos que siempre vuelven a meter la pata.
Billeteros sin billetes.
Inocentes con grilletes.
Imbéciles y sinvergüenzas.
Impresentables y veletas.
Y algún bobo que se arruina por un par de tetas.
Predicadores de falsos sermones.
Vendedores de palabras huecas.
Falsos Mahomas que no vienen de La Meca.
Charlatanes con etiqueta.
Iluminados profetas.
Ineptos y rufianes.
Cuentista y holgazanes.
Pedantes.
Llorones itinerantes.
Envidiosos.
Matones grandes como osos.
Enormes cuernos y no de toros bravos.
Mentes privilegiadas.
Atrevidos malabaristas.
Silenciosos carteristas.
Blancas Nieves y Cenicientas.
Vecinas chismosas como cotorras deslenguadas.
Un consolador desconsolado.
Reicidentes pelmazos.
Algún presuntuoso licenciado.
Vendedores omnipresentes.
Adivinos de la mente.
Muchos contertulios aburridos (de aburrir al personal).
Algunos genios un poco idos.
Bailarines de salón.
Chiflados que corren un Maratón.
Músicos de pandereta.
Duros de oído.
Y otros que no tocan ni la trompeta.
Barrenderos sin escoba.
Payasetes de tuna.
Terroristas de la radio.
Beduinos sin dromedario.
Algún ingenuo estafado.
Una falsa princesa.
Muchas víctimas del desamor.
Corazones rotos.
Heridas sin cicatrizar.
Y Mucho atolondrado medio tuerto.
¡ Ten cuidado, que no te lleven al huerto ¡

Fran Álvarez.

jueves, 4 de febrero de 2010

¿Y esto de qué va?



(Cada cual que lo interprete a su modo y que saque sus propias conclusiones).

¿Quien conoce realmente lo que es la vida?
¿Alguien puede descifrar este misterio?
¿Por qué albergamos en nuestro cerebro las tinieblas del desconocimiento y las telarañas de la ignorancia?
Dijo una vez el famoso escritor alemán Ghoete “que no hay nada más peligroso que un ignorante activo” y tenía el hombre toda la razón.
Uno no puede andar por el mundo sin saber lo que se trae entre manos, hay que espabilarse de una vez y espantar de la cabeza, como si de una mosca cajonera se tratase, ese analfabetismo exacerbado, ese profundo desconocimiento, esa “empanada” mental que hace al hombre tan pequeño como una hormiga, tan simple como un botellín de agua mineral (sin gas), tan imbécil como aquel que se cree que está por encima del bien y del mal, tan vulgar como una alpargata de esparto y sobre todo tan sumamente “retrasado que acaba siendo el último de la fila, el vagón de cola, el farolillo rojo, el burro de la clase, el más torpe del pelotón, el colista de la categoría o un completo lelo como Forrest Gump”
Sin embargo hay que tener cuidado, no obstante, con esos falsos predicadores del Siglo XXI, con esos nuevos profetas de la era de la informática, el botellón y los intereses usureros del capitalismo bancario, que con un sermón barato, propio de un televendedor o de una estudiada estrategia de marketing de andar por casa te dirán que te has apartado del camino de la verdad, de la razón y del conocimiento y trataran de hurgar en vuestra mente, a esos, ni caso.
“Siempre, mejor solos que mal acompañados”, la excursión comienza y el ascenso a la montaña de la razón y la verdad es un largo y duro desplazamiento, así que durante el recorrido que no se os olvide beber a grandes tragos de las fuentes del saber que os encontrareis durante el camino.
Procurar que se quite lo más rápidamente de vuestro hemisferio cerebral, esa costra de subdesarrollo que los políticos aportan año tras año a la vida diaria del sufrido y paciente ciudadano de a pie, gracias también a esos malos hábitos sociales adquiridos a golpe de tragar con todo y sobre todo a la pegajosa tradición (desfasada tradición) que algunos (o muchos) confunden con la sabiduría popular y que tantos males es capaz de causar a la convivencia entre las personas
Muchas veces la ignorancia se apodera de todos nosotros y se pega a nuestro ser como el óxido a la chapa y se acaba confundiendo lo uno con lo otro llegando a un extremo tal que no basta con saber más, primero hay que desaprender para volver a empezar y aprender de nuevo.
Sería muy interesante que todos hiciéramos un ejercicio de auto-investigación para escudriñar bien a fondo y llegar hasta el lugar más inaccesible del maravilloso y a la vez complejo funcionamiento de nuestro cerebro, a ver que encontramos, quizás alguno se llevaría una sorpresa, sobre todo los que no van a encontrar nada, que son más de los que se cree.
Si solo pensamos en lo elemental, en lo intrascendente, en lo elemental, como ¿qué me pondré hoy para salir? o “tengo que buscar sin falta un papel para la pared con unas tonalidades en rosa que me hagan juego con los respaldos del sofá del salón”, esto más bien es cosa de “ellas”, pero es que “ellos” también tienen lo suyo (en este caso tenemos), como “me cayeron tres pelos” (pues los guardas en una caja de madera si no quieres perderlos)
o “no sé si este verano iré de vacaciones al pueblo o al Caribe o mejor no voy a ningún lado y con el dinero que me ahorro compro un televisor de plasma con pantalla mega panorámica con sonido envolvente “
Podríamos seguir con unas y con otros y no acabaríamos:
¿Me hará juego la forma de los zapatos con el diseño de los pendientes?
¿Se me notará mucho el grano que me ha salido en la nariz?
¿Llamaré a Pepi para salir o mejor quedo con Lucy?
Y etc. Etc. Etc.
No nos quedemos en lo simple ni en lo superficial, el cerebro no se gasta por usarlo mucho y es una pena que una máquina tan perfecta apenas se utilice, incluso algunos lo tienen prácticamente intacto cuando les ponen el “traje de pino”.
Hay que procurar meterse como una taladradora en esa senda misteriosa y apasionante que es “uno mismo” y excavar y profundizar aunque muchas veces no guste lo que se ve, si bien, en ocasiones hay quien se lleva una agradable sorpresa, ¡caramba caramba, no pensaba yo que esto podía salir de mí!. Incluso alguno se siente importante por darse un toque de intelectualidad inesperado que le va a permitir asomarse a un mundo desconocido, el del conocimiento, pero de ahí, hasta llegar a la cima de la sabiduría queda un trecho muy largo que no todos están en condiciones de llevar a cabo.

Fran Álvarez.